jueves, 5 de agosto de 2010

La Gran Diferencia (Parte 2)

En el tiempo que he estado en el ministerio de la enseñanza musical, he descubierto que la gente quiere resultados rapidos y con poco dinero. Estudiar música requiere tanto o más esfuerzo que estudiar medicina o alguna ingeniería, con la única diferencia que la música tiene fama de mal pagada.

Por años hemos recibido la enseñanza acerca de que Dios merece lo mejor. Lo hemos escuchado en congresos, en predicaciones de ministros reconocidos; hemos visto conciertos donde excelentes músicos nos dejan boquiabiertos y soñamos con tener algo similar en nuestra pequeña iglesia.

Pero es necesario terminar de entender que en la medida de lo que pagamos, en esa misma medida recibimos. Por ejemplo, no es la misma cantidad de dinero que damos por un automóvil que el que pagamos por una bicicleta. De la misma manera, en la medida que nos preparemos como músicos, en esa medida crecerán nuestras habilidades. El estudio es vital, es el motor para alcanzar la excelencia como músicos, tanto teórico como práctico; no hay formulas mágicas. Dios no imparte habilidad musical de forma sobrenatural, porque, como dijo nuestro gran amigo Miguel Cassina “Dios no usa flojos, ni los necesita”.

Por eso es que hasta aquí es donde muchos llegan y no están dispuestos a pagar el precio que implica alcanzar la excelencia.

Lamentablemente vivimos en una generación “express”. La sociedad actual quiere todo instantáneamente y la velocidad es el articulo más preciado que venden los aparadores, porque las personas quieren vivir la vida rápidamente, tanto que hasta se ha llevado esa mentalidad a la iglesia. En cierta ocasión leí un anuncio de una escuela de música cristiana “¡estudia con nosotros y en sólo dos meses graba tu propio material!” ó también “el mejor y más rápido método de estudio”. Total falsedad: el proceso de formarse como músico no es instantáneo, requiere tiempo, dinero y mucho esfuerzo.

Estas propuestas suenan atractivas pero llevan implícito algo muy peligroso: el conformismo y tal pareciera que las mismas personas que buscan lo “express” en la música, también serían felices con predicaciones como:

Cómo ser espiritual sin vivir los mandamientos del Señor.
Cómo tener respaldo de Dios sin ser humilde.
Cómo disfrutar la presencia de Jesús sin santidad...

...y estos mismos quisieran escuelas que prometan cosas como: "Toca como profesional en 4 clases", "te hacemos profesional sin leer nota", "aprende con los mejores profesores sin pagar ni un centavo", etc. (continuará).

No hay comentarios:

Publicar un comentario